"Practical Guide to elaborate Workshops"
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Dra. Aída Bello Canto
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EL ENFOQUE GESTALTICO Y LA AUTOASISTENCIA PSICOLÓGICA
SEMEJANZAS Y DIFERENCIAS
Dr. Norberto Levy
Dra. Aida Bello Canto
Este trabajo consiste en destacar similitudes y diferencias entre el Enfoque Gestáltico y el modelo de la Autoasistencia Psicológica y de ese modo aclarar algunas confusiones que se producen al respecto. Si bien la Autoasistencia nació como un desarrollo dentro de la Gestalt, su evolución la ha convertido en un modelo teórico clínico específico que requiere también una comprensión específica.
Para hacer más claras las características de ambos enfoques, por razones de espacio, hemos seleccionado algunos de los conceptos significativos de la Gestalt, para mostrar allí las semejanzas y diferencias.
Aída Bello Canto describe el Enfoque Gestáltico y Norberto Levy describe la Autoasistencia Psicológica.
Es nuestro deseo que esta mayor claridad contribuya a enriquecer el intercambio entre ambos enfoques.
Autorregulación organísmica
Enfoque Gestáltico. (En adelante EG.)
"Tendencia básica de cada organismo por lograr el equilibrio".
El organismo experimenta una necesidad, esta perturba su equilibrio, toma acciones adecuadas para satisfacer tal necesidad y una vez alcanzada su satisfacción, retorna nuevamente a su reposo (homeostasis).
La sabiduría del organismo reside en que “sabe” lo que necesita del mundo exterior o en relación con el, para recuperar su equilibrio perturbado por un factor interno o externo.
El E.G. confía en la sabiduría del organismo, sin manipulación a si mismo ni al entorno. Cobra importancia toda fractura de la autorregulación, por ejemplo cuando prima lo social sobre lo organísmico.
"La confianza en al autorregulación organísmica esta incorporada en la terapia gestáltica como una confianza en la espontaneidad… una traducción biológica de lo existencial de ser uno mismo" (Claudio Naranjo).
Autoasistencia Psicológica. (En adelante AP.)
Lo que ha hecho la AP. es ingresar en la intimidad de ese mecanismo y describir en detalle la trama que lo constituye.
Veamos la síntesis: El motor de la autorregulación es el autorechazo. En el organismo existe una memoria biológica del estado óptimo y cada vez que se aleja de él se activa el rechazo que recupera el estado óptimo perdido.
En el nivel psicológico también existe el autorechazo de los estados dolorosos pero la gran diferencia es que esta acción no cuenta aún con la misma eficacia del nivel biológico.
Ejemplo: Rechazo a mi parte miedosa pero las actitudes interiores que expresan este rechazo (por ej.: zamarrearla para que despierte) no logran producir la transformación deseada y mi parte miedosa queda igual o peor que antes. Desde la perspectiva de la AP, ésta es la causa del sufrimiento psicológico autocreado.
Sobre esta base la AP. propone un diseño clínico para explorar sistemáticamente la relación rechazador- rechazado interior para convertir el rechazo ignorante que destruye en rechazo asistencial que transforma.
Esta propuesta de abordaje y el diseño de la técnica que lo posibilita es un tema central de la AP.
Silla Vacía
EG.
Es una técnica gestáltica para trabajar la identificación.
La "silla vacía" se ubica frente a la persona, ofreciéndole la posibilidad de proyectar en ella a alguna persona real o de relacionarse con la personificación de algún aspecto propio.
Se le denomina “silla caliente” al lugar donde se sienta la persona con sus tensiones y/o dificultades.
Cobra vida en la silla vacía, tanto la persona proyectada como el aspecto personificado, sentándose el paciente e identificándose con uno o con otro y entablando un dialogo con el si mismo o el aspecto de si mismo que estaba sentado en la "silla caliente".
Los diálogos que surgen a través de reiterados cambios de posiciones del paciente entre ambas sillas, son útiles para la integración vivencial de aspectos alienados, opuestos, o para la resolución de conflictos internos. El objetivo es favorecer el contacto entre los aspectos que componen el conflicto para recuperar la vitalidad de las partes alineadas del si-mismo.
AP
La silla caliente- silla vacía es muy similar a la relación rechazador-rechazado, con algunas características que merecen destacarse. Quien identifica a un aspecto rechazado, (a quien se ubica en la silla vacía) es otra parte interna, que es el rechazador. Un aspecto rechazado existe para alguien que lo rechaza. Aspecto rechazado y rechazador forman un par indisoluble pues no existe uno sin el otro.
Además, el rechazador rechaza (por ejemplo, a la parte insegura) porque quiere que sea segura. De modo que rechazar y querer cambiar son dos caras de la misma moneda.
Por esta razón es que al rechazador se lo llama también “cambiador” y al rechazado se lo llama también “aspecto a cambiar”. Dado que no estamos familiarizados con el concepto y el término: “cambiador”, a esta función la he denominado también: “intención transformadora”.
Para simplificar el texto, utilizaré “rechazador” y “cambiador” como sinónimos pues son dos facetas de la misma función.
Otro elemento a tener en cuenta es que no existe un diálogo entre la persona y una parte. Siempre es entre dos partes.
En la AP muy excepcionalmente se ubica en la silla vacía a otra persona. La AP. ha diseñado los recursos técnicos para encauzar el diálogo con el consultante hasta que logre identificar cuál es su propio aspecto rechazado y es a ese aspecto a quien se ubica en la silla vacía. De modo que se procura que, en lo posible, el diálogo sea entre dos aspectos del consultante.
Teoría Paradojal del Cambio
EG.
El cambio se posibilita cuando la persona ‘es quien es’, y no cuando intenta convertirse en quien no es; cuando deja de intentar convertirse en quien le gustaría o debería.
"Siendo – plenamente- lo que es, puede llegar a convertirse en alguien distinto" (Beisser). Entregarse a vivenciar con plenitud la situación presente, siendo lo que es en ese momento, dejando de oscilar entre la idea de lo que debería ser y la idea supuesta de lo que "es".
Cuando la persona experimenta, por ejemplo, sus propios roles, sus bloqueos, las diferentes maneras en que evita contacto, ya no es ajeno a todo ello sino que se apropia sucesivamente, entonces la integración acontece. Y posibilita la apertura al cambio.
Siendo habla de proceso no de estructuras, habla de intercambio dinámico participativo entre el si-mismo y el ambiente.
AP.
Si bien el rechazo-deseo suele ser perturbador, existe la posibilidad de que realice un aprendizaje vivencial por el cual se transforme en rechazo-deseo colaborador de la transformación. Cuando alcanza esa actitud se lo denomina “cambiador asistencial”.
Por esta razón la AP no trabaja propiciando la aceptación como recurso de cambio sino que pone el foco en ayudar a darle sabiduría al rechazo y al deseo de cambio.
Esa propuesta y su diseño para realizarla es uno de los temas centrales de la AP.
Este desplazamiento en el foco de la atención produce cambios significativos en el modo de guiar el proceso resolutivo.
Perro de Arriba/ Perro de Abajo
EG.
Es una de las polaridades más conocidas (Perls; top-dog y under-dog): opresor y oprimido. En esta polaridad prevalecen las necesidades de control, los resentimientos, las exigencias, las frustraciones. En el campo relacional terapeuta/paciente, el terapeuta ha de estar atento a los juegos, a los roles utilizados por el paciente en intento de manipulación (quiere agradar, disgustar, jugar al niño bueno o al niño malo), ubicándose alternativamente en el perro de arriba y en el perro de abajo.
Como toda polaridad, el perro de arriba y el perro de abajo detectan patrones de identificación/alineación. Cuando la persona se identifica con un polo, aliena el otro polo como extraño a si mismo.
Identificándose con lo alineado alcanza el darse cuenta de que tal polo también es propio y admitiendo a ambos polos como propios, puede entonces instalarse en el punto cero de indiferencia, el equilibrio entre opuestos.
AP.
El perro de arriba es el equivalente de un cambiador inmaduro, con modalidad opresora, y el perro de abajo es el equivalente de un aspecto a cambiar oprimido.
Desde la perspectiva de la AP se despliega directamente un diálogo entre el cambiador opresor y el aspecto a cambiar oprimido con el propósito de transformar, en el aquí y ahora del despliegue, al cambiador opresor en cambiador asistencial, y resolver, de ese modo, el conflicto entre ambos.
Sueños
EG.
El sueño es un mensaje existencial de la persona a si mismo. A través del trabajo terapéutico con los sueños, se detectan y se reintegran partes alienadas de la personalidad.
Todos y cada uno de los elementos del sueño son proyecciones de aspectos del soñante, son fragmentos de la personalidad. Reapropiándonos de las partes proyectadas posibilitamos la integración.
Una de las maneras de abordarlos, y sintéticamente, es de revivir el sueño en el presente y en primera persona, observar que es lo que el paciente evita e identificarse con lo evitado. Detectar todo tipo de evitación y convertirse en la misma. Propiciar diálogos entre las dos partes opuestas.
No es necesario trabajar todo un sueño; el soñante puede encontrar su mensaje existencial en las evitaciones, los agujeros, los vacíos.
"Entender un sueño significa darse cuenta de cuando se esta evitando lo obvio" (Perls)
AP.
Utiliza la misma propuesta de la Gestalt de que lo vuelva a contar como si estuviera ocurriendo en el presente y que incluya los componentes afectivos de esas escenas, como preparación al ingreso en el sueño.
También reconoce en los sueños la manifestación de matrices profundas de interacción y de formas precarias o eficaces de resolución de conflictos.
La AP propone entrar en la parte del sueño en donde se pone de manifiesto un conflicto. Si se presenta un sueño en el que todo va fluyendo y en un momento dado aparece una escena en la que, por ejemplo, viene un ladrón y roba una cartera, la AP le propone al consultante el ingresar en esa escena, para desplegar un diálogo entre quien roba y el robado, hasta resolver ese conflicto.
Desde la perspectiva de la Autoasistencia, el conflicto es lo que siempre está en el centro de la escena y es donde se procura ingresar para intentar resolverlo.
Terapia del Darse Cuenta
EG.
La terapia gestáltica es denominada también la terapia del darse cuenta.
"Sin el darse cuenta no hay nada, ni siquiera conocimiento de la nada… La fenomenología es el paso primario e indispensable para saber todo lo que hay que saber" (Perls).
Es un darse cuenta aquí y ahora, en el presente; tomar contacto con lo que acontece, con lo obvio, con lo que salta a la vista (ya sea lo emergente una situación o conflicto actual, un pasado o proyección en el futuro).
Posee una mirada holística del ser humano, integrando los planos sensoriales, intelectuales, afectivos, sociales y espirituales.
Favorece el contacto consigo mismo y con el entorno para que la persona se haga responsable de sus elecciones y de sus evitaciones.
AP.
Hay coincidencia en el propósito de contribuir al “darse cuenta” y se pone énfasis en el darse cuenta de “cómo intento cambiar aquello que rechazo de mí”. Eso se realiza a través del despliegue de la relación cambiador- aspecto a cambiar.
Además del darse cuenta de las actitudes inadecuadas del cambiador para cambiar lo que rechaza, la AP se centra especialmente en crear las condiciones para que el consultante descubra y vivencie en el aquí y ahora del despliegue, la actitud que el aspecto a cambiar necesita recibir de su cambiador para sentirse ayudado a transformarse. Esta vivencia de la actitud resolutiva, que es un propósito fundamental del enfoque de la AP. se logra a través del rol de “asistente interior”. Para ello la AP. ha diseñado los pasos que es necesario recorrer para posibilitar la convocatoria de dicho rol de asistente.
Una vez que se ha desplegado el error original del cambiador y se ha logrado que el consultante vivencie la solución a través del rol de asistente, para completar la experiencia del darse cuenta de todo ese proceso, se convoca un nuevo rol: el de testigo interior, quien tiene la oportunidad de contemplar toda la secuencia de los diálogos vividos para que su darse cuenta de los errores que lo enferman y de las actitudes que lo curan sea más completa y contundente.
Para utilizar el mismo parámetro de definición, podemos decir que la AP. es “la terapia de la resolución de conflictos”.
Aída Bello Canto es psicóloga clínica, con postgrados en enfoque gestaltico, psicodrama y autoasistencia psicológica. Dicta cursos de formación gestaltica (Gestalt Integral) Buenos Aires y en Lima, Perú. Presidente de la Sociedad Gestáltica Integral Argentina, filial de la Asociación Médica Argentina.Co-autora de “Repensar las psicoterapias” , “Grupalismo” y "Repensar los Vínculos".
Norberto Levy es médico psicoterapeuta, miembro fundador de la Asociación Gestáltica de Buenos Aires. Desde hace más de treinta años explora los mecanismos de autocuración psicológica y sus últimos libros son: “El asistente interior”, “La Sabiduría de las emociones” y “La sabiduría de las emociones 2”.
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VÍNVULOS TÓXICOS-NUTRITIVOS
Dra. Aida Bello Canto
Las relaciones humanas forman parte de nuestra vida: Existir es Co-Existir. Partiendo desde el primer vínculo del Ser Humano, el bebé necesita satisfacer sus necesidades básicas, necesita un “otro”, que se convertirá en un “otro” primordial estructurante. En este intercambio mutuo con ese Otro, el bebé irá estructurando el mundo que lo rodea, reconocerá la totalidad de su cuerpo mas tarde, estando sostenido por la mirada del Otro. En este recorrido del Ser Humano hasta y “en” la adultez, los vínculos son de gran importancia. La calidad y la cualidad de los mismos, ¡es otro tema!
El enfoque gestáltico reúne la exploración intrapsiquica con la experiencia relacional, así como la estructura contextual de los comportamientos, el darse cuenta de
las motivaciones conscientes e inconscientes, intrínsecas y extrínsecas. Concibe el Ser humano como individuo y como Ser social (interacción entre el individuo y su ambiente). El “si mismo”
(self) es un proceso de ajustamiento creativo entre el organismo y el medio, y es en lo que denominamos frontera de contacto, línea invisible, divisoria y discriminativa entre Yo / no Yo, que se
producen los fenómenos psicológicos entre el si mismo y el mundo.
El “cómo” se relacionen las personas vinculadas en la frontera de contacto (mirar, escuchar, tocar, la utilización de sus soportes, su darse cuenta corporal y
emocional: “las emociones se hacen conscientes directamente a través del cuerpo” (Freud) permitirá que tal vínculo se nutra, se intoxique o se “estanque”.
Las posibilidades vinculares son muy amplias. Tomemos como ejemplo la división en dos fases del ciclo de contacto, descriptas por Paco Peñarrubia (1998): fase
preparatoria y fase resolutoria. Algunas personas son más proclives a la primera fase y otros a la segunda. En el primer caso hay un gran conocimiento de si mismo, mas no puede alcanzar el
Contacto con el medio, con el Otro.
En el segundo caso, son personas expresivas, sociales, actúan, mas con un empobrecido conocimiento del si mismo. Tomando este punto de referencia, podemos obtener
una amplia gama de vínculos con sus respectivas “alianzas” para sostenerlos. Nos centraremos en los vínculos nutritivos y los tóxicos, entendiendo “vinculo toxico” aquel donde se haga presente de
manera disfuncional la Confluencia, que es uno de los mecanismos de defensa o de resistencia al Contacto; “tóxico” por la presencia en el vinculo de la manipulación, la opresión.
Confluencia
En el enfoque gestaltico, las resistencias al Contacto no son tomadas como patológicas, y nada mas lejos a considerar como señal de “salud”, la ausencia de las
mismas.
“No podemos destruir las resistencias; y en cada caso, ellas no son un demonio, sino una valiosa energía de nuestra personalidad que solamente se convierte en dañina
cuando es aplicada equivocadamente” (Perls, 1947)
La Confluencia, tras haber estado y permanecido vividamente en contacto con otro, posee un enriquecedor significado. Utilizando los términos de Lichtenberg
(1990/1994), cuando un “nítido y vivido Yo” entra en contacto con un “nítido y vivido Tu”, emerge un saludable “Nosotros”.
Se torna insalubre, toxico, cuando la confluencia se utiliza y se mantiene para evitar o prevenir el contacto, llegando a rigidizarse; se instala en la persona como
manera de no darse cuenta de los limites de contacto, la frontera Yo / No Yo. Hay una pérdida de límites entre uno mismo y el entorno, fundiéndose con el “otro”. El concluyente confunde identidad
con “unión”, comulgando – sin diferenciar- con los sentimientos, ideologías y conductas del otro o de su grupo de referencia. Evita los riesgos de la diferenciación. (1)
A modo de resumen:
Vinculos Nutritivos-Vinculos Opresivos
Las relaciones humanas positivas, nutritivas, traen consigo muchas emociones, ansiedad e incertidumbre. Por ejemplo, ante un duelo, el dolor sentido genera mucha
ansiedad o angustia en el
otro, y este frecuentemente intenta calmar para que no siga fluyendo el dolor. Con este señalamiento intento no dar por obvio que un vinculo nutritivo significa
necesariamente ausencia de emociones “displacenteras”.
Nutrir y oprimir son características relacionales; esto quiere decir que para nutrir hace falta, es necesario tener a alguien que necesite ser “nutrido”. Oprimir
depende de alguien que este dispuesto
a convertirse en oprimido.
Nutrir: si se es la persona que nutre, o es nutrida, es porque ha sido testigo o receptor en algún momento de su vida de eventos de nutrición: aprendemos de que se
trata nutrir.
Lo mismo pasa con la opresión.
Dado que la opresión es un fenómeno relacional, es probable que todas las personas sean a veces opresoras y a veces oprimidas. ¿Hacemos un breve ejercicio, propuesto
por Lichtenberg en su último
Seminario dado en Buenos Aires (2003)?
Nadie esta siempre abajo, aunque pueda parecerlo, cuando se esta siendo oprimido. El sentimiento esta encerrado y es difícil creer en ese momento que también se
puede estar en una posición de poder. Creer que solo el otro es opresor, es alienar nuestra conducta de dominación, proyectándola sobre aquellos que hemos designado opresores.
No olvidemos la contribución del oprimido en una relación de opresión: este vínculo es mutuamente creado. Hay una alianza. En el oprimido se da una introyeccion
defectuosa; se siente internamente merecedor del trato, culpable, se hace cargo, se “traga” la proyección defectuosa del opresor. El opresor puede necesitar ser dominante y así evitar ser
vulnerable para colmar su integridad personal.
Desarticulando La Alianza
“La habilidad de desistir de respuestas obsoletas, de relaciones exhaustas y de actividades que exceden el propio potencial es una parte esencial de la sabiduría de
vivir” (F. Perls)
En los vínculos donde aparece la opresión, la manipulación, quien frecuentemente tiene la posibilidad de desarticular esta alianza establecida en la relación, es la
persona que ocupa el “rol de victima”, ya que la otra parte del vinculo se siente y se cree poseedor/a de la verdad absoluta, del poder, siendo muy difícil que se de cuenta que evita mostrar su
vulnerabilidad, que recoja “la proyección depositada en el otro”.
El que hable de la posibilidad de la “victima” de romper este vinculo toxico, no implica que sea fácil; muy al contrario, se le hace sumamente difícil, necesita
buenos soportes internos y externos, para ir desentramando este tejido que alberga amenazas implícitas que buscan que se acate o se complazca al otro, sin importar los propios deseos, necesidades
o bienestar.
Ha ido perdiendo el contacto con su integridad, el respeto hacia si mismo, en el proceso de formación de este tipo de vinculo. El “otro” se convierte en una especie
de chantajista emocional que
conoce los puntos vulnerables, utilizando el miedo, la obligación o la culpa como instrumentos. Por medio de palabras sutiles, de alusiones, de insinuaciones o
incluso de gestos, es posible desestabilizar a alguien, infringir este maltrato psicológico.
La otra persona va quedando atrapada en una especie de niebla que le impide registrar tal manipulación, e incluso tiende a comprender, justificar y tolerar. Y es que
este tipo de vínculo acontece
con personas cercanas cuyo amor, cariño, se desea preservar y hasta reforzar. Si no cede a la necesidad o pedido del otro, puede sentirse “mala persona”, “poco
comprensiva/o” o “egoísta”.
Algunas claves para iniciar el proceso de la desintoxicación
Reflexiones Finales
En el sendero de la vida, los Seres Humanos no solamente hemos de afirmarnos a nosotros mismos sino que hemos de abrirle la puerta en nuestra ineludible
co-existencia, a vínculos nutritivos, al estar “con”, y a la Humanidad.
Desde el enfoque gestaltico, mucho ha quedado afuera de estas líneas: el objetivo presente ha sido asomarnos al área interpersonal, relacional y dar una “mirada” por
algunos vínculos, priorizando aquellos donde una Ser Humano ha ido perdiendo, renunciando, cediendo o “anestesiando” su libertad de elección.
El grado de toxicidad en un vinculo es muy variable, pudiendo estar presente en una “dosis” ínfima donde la integridad de la persona ni siquiera es rozada; así
también puede alcanzar niveles sumamente elevados donde ya estaríamos ingresando al terreno del acoso moral, emocional, cuyas consecuencias pueden ser devastadoras.
Somos responsables de nosotros mismos: habilidad de responder, habilidad de elegir las reacciones propias.
Poseemos el derecho a decir un NO, con respeto al otro Ser Humano. Poseemos el derecho a decir un SI, con respeto hacia mi mismo/ a.
“Cuando los hombres se saben escuchados, se vuelven débiles. Estos momentos de debilidad son la única rendija a través de la cual puede desprenderse una gota de
generosidad del granito humano”. (Jorge Pla, El cuaderno gris)
Nota:
1- Para profundizar sobre los mecanismos de evitación de contacto en general, y sobre la confluencia en particular, existe una abundante y excelente bibliografía
(Polster, E., 1991, Polster, E. and Polster, M. 1976, Paco Peñarrubia, 1998). Para mi ha sido sumamente estimulante y provocativa la lectura de “La Gestalt Reconsiderada” (Gordon Wheeler, 1991) y
el articulo “Considerando La Gestalt Reconsiderada: una revisión en profundidad” (Gary Yontef, 1992).
Bibliografia
Francisco Peñarrubia: “La vía del vacío fértil”, Madrid, 2002
P. Lichtenberg: “Undoing the clinch of oppression”, New York, 1994
F. Perls, Hefferline and Goodman: “Gestalt Therapy”, New York, 1951
Polster, E.and Polster, M.: “Therapy without Resistance: Gestalt Therapy”, 1976
G. Wheeler: “La Gestalt reconsiderada”, Ferrol, 2002
G. Yontef: “Considering Gestalt Reconsidered: A review in depth”,
The Gestalt Journal
M. Allerand: “Piedra libre, terapia Gestaltica”, Buenos Aires, 1992
N. Levy: “El camino de la autoasistencia psicológica”, Buenos Aires, 1985
G. Wheeler: “Vergüenza y Soledad”, Santiago de Chile, 2005
"El Asistente Interior", Dr. Norberto Levy. Ed. Planeta